El especismo como dominación.
Actualizado: 5 ago 2021
La dominación es un problema que ha preocupado y ocupado a luchadorxs y pensadorxs sociales por siglos. En occidente personas y grupos han luchado contra la dominación desde que la esclavitud se estableció en la estructura social en la antigüedad, mientras que en el mundo en general se ha denunciado la dominación desde que el patriarcado instauró una diferencia de poder y roles sociales entre los géneros.
El problema de la dominación ha interesado a múltiples pensadorxs sociales: Cicerón, Maquiavelo, Montesquieu y Rousseau, Hannah Arendt, entre otros. Estxs pensadorxs se han preguntado: ¿qué es la dominación? ¿Qué está mal con ella? ¿Cómo podemos erradicarla?
La dominación y el poder.
Para muchas personas dominación y poder son sinónimos (un caso de esto entre pensadores contemporáneos es Michel Foucault). Sin embargo, hay buenas razones para diferenciar entre ellos.
Cuando decimos que alguien tiene poder sobre otrx usualmente queremos dar a entender que la primera persona tiene la capacidad de someter a su voluntad a la segunda (así entendía Max Weber el poder). En filosofía contemporánea esta idea se captura con la siguiente definición:
Alguien tiene poder sobre otrx si, puede hacer que otrx haga una determinada acción por una razón, y esx otrx no habría realizado esta acción por esa razón si este alguien no se hubiera involucrado en su actuar.
Pongamos un ejemplo: mi jefe tiene poder sobre mí, porque puede hacer que yo realice una determinada acción (realizar un estudio de mercado) por una razón (lo necesita para realizar una inversión), pero yo no habría realizado ese estudio de mercado por esa razón, pues a mí no me preocupan las inversiones que mi jefe haga, si no hubiera sido el caso que él me lo hubiera pedido como parte de mi trabajo.

Pero tener poder sobre otra persona no es, en toda situación, algo malo o algo que implique dominación. Por ejemplo, mis amigxs más cercanxs tienen poder sobre mí: pueden hacer que yo salga corriendo a realizar una determinada acción (donar sangre) por una razón (ellxs la necesitan para un familiar convaleciente), pero yo no habría donado sangre, pues es doloroso y engorroso, si no hubiera sido el caso que ellxs me lo solicitaran. Pero esto no es algo malo, en realidad es algo bueno que lxs amigxs tengan este tipo de poder entre ellxs. Y, claramente, este tipo de poder no es dominación.
El poder es algo intrínseco a las relaciones sociales, amigxs, parejas, familiares, colegas y compañerxs tienen poder sobre nosotrxs. Esto no siempre es algo malo, y tampoco es siempre un caso de dominación.
Dominación como poder arbitrario.
Es claro que la dominación implica tener poder sobre otrx, pero tener poder sobre otrx no es suficiente para que haya dominación. Filósofos contemporáneos han propuesto que falta un elemento: la arbitrariedad del poder en una relación social. Esto los lleva a ofrecer la siguiente definición:
Una persona o un grupo son sujetxs de dominación si están involucradxs en una relación social en la que otra persona o grupo tiene poder arbitrario sobre ellxs.
Arbitrario en este contexto tiene un sentido amplio. Un acto de poder es arbitrario si no está regulado por leyes justas, como es el caso de la esclavitud. Un acto de poder también es arbitrario si no se encuentra moralmente justificado, como lo es el poder que ejercen los hombres sobre sus esposas para obligarlas a realizar trabajo doméstico no remunerado cuando esta no es su voluntad o actos sexuales no consensuados.
Esta teorización sobre qué es la dominación da cuenta de la mayoría de los ejemplos en los que pensamos cuando consideramos este término, y de la mayoría de las relaciones sociales contra las que se ha luchado a lo largo de la historia:
· Esclavitud.
· Patriarcado.
· Feudalismo.
· Sistemas de discriminación contra minorías: minorías raciales, personas con preferencias no heterosexuales, personas con discapacidades.
· Regímenes despóticos, autocráticos totalitarios, fascistas o coloniales.
Además, evita considerar casos de ejercicio del poder que no son moralmente problemáticos como casos de dominación. Por último, nos explica por qué la dominación es moralmente problemática: porque evita arbitrariamente que lxs sujetxs puedan participar en la determinación de sus acciones y las condiciones de estas, lo cual atenta contra su libertad y bienestar.
El especismo como dominación.
Previamente he argumentado que deberíamos entender el especismo como el conjunto de creencias injustificadas referentes a la pertenencia a una especie, que cumplen la función social de promover el poder de los miembros de una especie en particular.

Por lo tanto, el especismo implica el poder de los miembros de una especie, este poder es fomentado por creencias injustificadas, es decir, es un poder arbitrario. Esto implica que las relaciones sociales promovidas por el especismo son de dominación, es decir, bajo el especismo lxs animales no humanxs son dominadxs. Esta es una sorpresa para pocos activistas antiespecistas, sin embargo, tener una definición clara de dominación y una buena argumentación sobre por qué el especismo es un sistema de dominación tiene diversas ventajas:
Apoya en la argumentación de que la lucha antiespecista es igual que la lucha antirracista, la feminista y muchas otras: una lucha de liberación y justicia.
Ayuda a entender otro problema ético del especismo: que atenta contra la libertad y el bienestar de una manera específica.
Contribuye a las estrategias de lucha antiespecistas. Sólo entendiendo apropiadamente qué es el especismo podremos abolirlo. Si el especismo es un sistema de dominación, entonces necesitamos una definición precisa y adecuada de dominación para abolirlo.
Sugiere qué estrategias serán útiles en la lucha antiespecista. Si nuestro objetivo es acabar con la dominación especista, entonces será útil investigar las estrategias de otros movimientos sociales para eliminar otros tipos de dominación.
En conclusión, entender al especismo como una ideología y un sistema de dominación ofrece al movimiento antiespecista varias herramientas de lucha si esto se acompaña de una apropiada concepción sobre la dominación.
Referencias:
Lovett, Francis, A General Theory of Domination and Justice, Oxford University Press, 2010.
Lovett, Francis, Domination: A preliminary Analysis, in The Monist, V 84, I 1, 2001, p. 98 – 112.
Pettit, Philip. Republicanism, Oxford University Press, 1997.
Vrousalis, Nicholas, Exploitation, Vulnerability, and Social Domination, in Philosophy and Public Affairs, V 41, I 2, 2013, pp. 131-157.